El foco de los incentivos a la flexibilidad en el sistema eléctrico local deberían concentrarse en los arreglos del mercado de energía de corto plazo y en Servicios Complementarios (SSCC), más que buscar cambios a través de la remuneración por capacidad, por lo que es necesario poner el énfasis en mejorar las señales de corto plazo para las instalaciones existentes, «más que esforzarse en generar incentivos para nuevas tecnologías».

Esta es una de las siete propuestas planteada por la consultora energiE, expuesta en la mesa de trabajo que lidera el Ministerio de Energía para avanzar a un nuevo reglamento de potencia, en el marco de la Estrategia de Flexibilidad, las que se relacionan con los objetivos que tendría la futura normativa, así como aspectos como los subsistemas de potencia, la asignación a la demanda y a la oferta y potencia inicial.

Propuestas

Según Daniel Salazar, socio director del Grupo engiE, explicó que un primer punto a considerar en esta discusión es el objetivo que tendrá el nuevo reglamento de potencia, donde afirmó la necesidad de que este tenga un propósito concreto y alcanzable, «que evite sobre complejizar la metodología actual o caer en una regulación intrincada».

En segundo lugar, propuso que el nuevo reglamento también entregue certezas, no quedando sujeto a otras definiciones normativas.

Otro punto abordado por la consultora fueron los subsistemas de potencia, planteando que su definición ha incentivado y concentrado la sobreoferta de generación de respaldo en base al diésel, por lo que se propone que la nueva definición «debiese orientarse a aquellas zonas con riesgo de déficit de capacidad, y no en congestiones de transmisión de corto-mediano plazo».

En materia de asignación de la demanda, el especialista señaló la necesidad de definir la demanda de punta como la demanda máxima horaria, además de reducir el número de horas de control para determinar la demanda punta individual de clientes.

También la consultora se refirió a la confiabilidad del sistema eléctrico, proponiendo que la metodología para determinar la potencia de suficiencia preliminar «debería incorporar un nivel objetivo, que sirva de índice o métrica de confiabilidad».

Finalmente, Salazar mencionó que en el ámbito de la oferta y potencia inicial, se debería «revisar la simetría y tratamiento -más exigente- para insumo alternativo, en cuanto a: respaldo, disponibilidad, y garantía de continuidad operacional.