(La Razón) El brasileño Marco Aurelio García, asesor de Asuntos Internacionales del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, llegó a Bolivia para profundizar la relación bilateral. Indica que las relaciones entre ambos países están en su mejor nivel y que Bolivia ha logrado estabilidad en el plano político y económico.

Anuncia que Brasil seguirá invirtiendo en el país y que Bolivia les ha pedido cooperación en áreas como la petroquímica, electricidad, carreteras, litio, ferrocarriles y agro, entre otros.

Miguel Lazcano

– ¿En qué nivel se encuentran las relaciones bilaterales?

– Yo diría que las relaciones están en su mejor nivel. En los últimos años Bolivia logró estabilidad política, estabilidad económica y ahora se plantea, concretamente, entrar en una nueva fase, que es la industrialización del país. Bolivia es un país importante en el proceso de integración sudamericana, es un país que tiene un potencial de riqueza muy grande y que está viviendo una experiencia política y de cambio en estos últimos años. Además de eso, hay una relación personal muy sólida de los presidentes Evo Morales y Lula da Silva. Y aunque la diplomacia no sea solamente una relación de amigos, la amistad ayuda.

– ¿La relación de amistad a la que se refiere usted no podría dar un giro a partir de octubre de este año cuando se celebren elecciones para elegir al próximo presidente del Brasil?

– Yo espero que nuestra candidata gane esta elección. Su periódico ha publicado una entrevista con Dilma Rouseff y ella claramente ha dicho que hay una preocupación en dar continuidad a la relación con Bolivia. Claro está que siempre habrá cambios de estilo, pero lo fundamental no son esos cambios de estilo, sino la continuidad. Yo estoy seguro que la continuidad de nuestro gobierno nos permitirá profundizar la relación con Bolivia.

– Tras reunirse el martes en la noche con el vicepresidente Álvaro García Linera, usted dijo que la intención de su gobierno es apoyar a Bolivia en la industrialización de sus productos primarios. ¿En qué consiste esta propuesta del Gobierno brasileño y de los empresarios que lo acompañan?

– Nosotros no tenemos un plan de industrialización, Bolivia sí tiene un plan que lo estamos estudiando. Entonces nosotros lo que queremos es ver cuáles son las demandas del Gobierno para que Bolivia participe de distintas etapas de ese proceso de industrialización. Hay cosas más tradicionales, como la construcción de carreteras, que son importantes. Pero hay cuestiones de política energética. Electrobras está dispuesta a participar de iniciativas conjuntas con Bolivia sobre ese tema, Petrobras quiere expandir la producción de gas en el país y tenemos además una propuesta de implementar un polo gasquímico que significaría agregar mucho valor al gas boliviano.

– ¿En qué áreas les pidió cooperación el Gobierno boliviano?

– En el polo gasquímico, en carreteras, en electricidad, litio, salmueras, ferrocarriles, además de otros proyectos en el campo del agro y cosas por el estilo.

– ¿Las empresas brasileñas tienen montos comprometidos para invertir en Bolivia? Se dijo que Braskem destinará entre 2.000 y 3.000 millones de dólares para la instalación de un polo gasquímico y que Vale do Rio Doce invertirá otros 1.000 millones de dólares en la industrialización de las salmueras del salar de Uyuni.

– Yo creo que ahí va a depender mucho el diseño concreto del proyecto. Fíjese lo siguiente: ni siquiera está seguro el lugar donde se construirá el polo gasquímico. Entonces lo que hay que ver concretamente es que cuando se dibuje en forma precisa el proyecto, ahí se van a ver los montos. Pero yo tengo entendido que las empresas tienen presupuestado gastar lo que sea necesario.

– La candidata oficialista y ex ministra Dilma Rousseff ya adelantó que Petrobras seguirá invirtiendo en el país. ¿Qué posibilidades hay de que la petrolera estatal brasileña se asocie a YPFB para tareas de prospección hidrocarburífera?

– La producción de Petrobras en Bolivia ha aumentado en los últimos años y está planteando (a YPFB) que le gustaría tener otros campos para explotar.

– ¿Esa propuesta ya la conocen las autoridades bolivianas?

– Sí. Ese tema fue discutido hoy (por ayer).

– El contrato de compra venta de gas entre YPFB y Petrobras concluye el 2019. ¿Brasil tiene previsto ampliar el contrato?

– Sobre eso no hay duda. En ningún momento planteamos que queremos interrumpir la exportación de gas de Bolivia, no habría razón para hacerlo. Nosotros creemos que la demanda de gas en Brasil crecerá tanto que incluso el gas que vayamos a producir será insuficiente. Sin embargo, yo quisiera llamar la atención sobre una cosa. En la segunda o tercera vez que vine acá, cuando se empezó a discutir concretamente toda la política gasífera de Bolivia, yo siempre dije que Brasil no es rehén del gas boliviano. Brasil quiere cooperar, tener una acción solidaria con el gas boliviano. Sería muy mal que nosotros tuviéramos una relación de dependencia y ustedes también tuvieran una relación de dependencia. Creo que hay que pensar en una relación de solidaridad que obviamente tiene su costo económico.

– Hace unos días se inauguró un gasoducto que une el sur con el noreste brasileño. ¿Hay la posibilidad de que el gas boliviano pueda llegar hasta esa región?

– Quiero aclarar lo siguiente. Cuando hay una caída del consumo de gas boliviano, eso se da fundamentalmente por una disminución de la demanda del sudeste de Brasil, que es motivada en gran medida por un exceso de lluvias que permite que la demanda energética sea suplida por las hidroeléctricas. En previsión de esas cuestiones se estableció en el contrato GSA (Gas Supply Agreement) una cláusula que es conocida como take or pay y que sirve en cierta medida para compensar las bajas en cierto momento.

Ahora cuál es el problema. Obvio que no es bueno para ningún país quedar dependiente de un solo mercado. Y nosotros vimos con mucho interés el acuerdo que se estableció entre Bolivia y Argentina, que va a exigir, cualquiera que sea la evolución de la relación Brasil-Bolivia, un aumento importante de la producción de gas. El vicepresidente Álvaro García me dijo que hasta 2016 Bolivia espera elevar su producción hasta 70 millones de metros cúbicos día, porque obviamente habrá la demanda argentina, habrá el aumento del consumo local (y) a lo mejor aumente el consumo brasileño. Pero también habrá otras posibilidades. Chile es un país que no tiene matriz energética sólida y podría ser una gran posibilidad, además de otras opciones de exportación que se puedan crear.

– ¿Electrobras podría invertir en proyectos hidroeléctricos en el norte de Bolivia?

Ellos se reunieron con las autoridades sectoriales y ahí nosotros tuvimos un portafolio muy abierto. Lo que sí nosotros planteamos es que Bolivia puede transformarse en una potencia exportadora de electricidad más allá del gas que tienen, con la ventaja de que el gas no es renovable y la electricidad sí lo es.

Fuente / La Razón