La producción de biodiésel en Chile no ha sido fácil. Las inversiones están hechas, las plantas listas para operar, pero falta lo central: la materia prima. Chile no posee tierras para cultivos como la soja, tampoco produce gran cantidad de maravilla y el raps, que podría ser una alternativa, consigue mejor precio como alimento para los salmones.

“Lo único que queda es hacerlo con aceite vegetal usado o grasa animal. Los que pueden vendernos son los supermercados -que tienen la grasa que queda de los pollos asados y los restos de grasa de vacuno-, las cadenas de comida rápida y la industria de los snacks”, explica Pedro Eraña, que en 2001 se asoció con Corfo para hacer las primeras pruebas.

Pero estos residuos generan interés en otras industrias que pagan mejor que los nacientes productores de biodiésel. A los supermercados, que llaman a licitación, les compran Noroil y Triosa, fabricantes de alimentos para consumo animal y humano. Lo mismo sucede con las empresas de snacks. “Sólo quedan cadenas como McDonald´s, Burger King, Kentucky Fried Chicken y otras que generan 80 toneladas mensuales de aceite usado, versus las 170 de los supermercados y las 160 de las fábricas de snacks”, agrega.

Pero con 80 toneladas mensuales se fabrican apenas 2.666 litros diarios de biodiésel. “Una central térmica de 1 MW consume ocho mil litros diarios de diésel; una empresa de buses como Tur Bus, 150 mil; Alsacia, 35 mil; y la Posta Central, 3.600”, sostiene Juan Daniel Alcoholado, dueño de tres plantas cuya capacidad de producción -52 mil litros/día- lo convierten en el mayor del negocio. “Si me dijeran “vende todo lo que puedas”, podría fabricar 20 mil litros diarios con la materia prima existente”, afirma. La cifra es superior a los 2.666 litros diarios que calcula Eraña, porque, según Alcoholado, además de los aceites y grasas podría utilizar ácidos grasos, un subproducto de la industria de aceite de pescado. “Por eso estamos en Osorno, porque en Puerto Montt se producen esos ácidos”, acota en referencia a Biodiésel del Sur.

Promesas incumplidas

El año pasado Enap abrió un poder comprador, pero con tantas exigencias –no había precio, se pedían boletas de garantía por 150 UF y el envío de muestras a laboratorios de control por parte de los oferentes que nadie se presentó, dicen los actores del negocio. Codelco anunció que la división Andina utilizaría biodiésel para limpiar la polución de los camiones al interior de la mina. Pero la licitación se declaró desierta, porque el precio resultó más caro. Y las postulantes, Biodiesél Chile, una de las plantas de Alcoholado y tres extranjeras, se quedaron con las ganas.

En mayo se publicó la norma que especifica las condiciones técnicas para la producción de biodiésel. Antes se vendía el producto a cuenta y riesgo del comprador. La mezcla es baja: entre 2% y 5% de biodiésel por litro de diésel. “Aún así, si el transporte de carga y de pasajeros de la Región Metropolitana llevase 5% de biodiesel, los ratios de contaminación bajarían fuertemente. El biodiésel tiene el atributo de que hace que la mezcla disminuya en emisión. En algunos casos, 30% o 50% en polución, material particulado”, afirma.

Los encargados de mezclar uno y otro componente debieran ser Enap o las distribuidoras de combustibles, “pero los motores de autos, buses y camiones no están certificados para usar biodiésel, aunque no hay que hacerles ninguna modificación”, acota Jaime Solari, dueño de la consultora ambiental SGA y socio de Alcoholado en su planta de Cerrillos que operó seis meses el año pasado, pero desde octubre de 2007 está cerrada.

Para vender a camioneros y autos, las plantas debieran contar con un laboratorio para analizar las muestras y cumplir con la norma. “Eso cuesta entre US$ 150 mil y US$ 200 mil. Yo me podría endeudar, pero ¿para qué?”, cuestiona Eraña ante el nulo interés por fomentar el uso del biodiésel en las empresas del Estado.

“Mis socios y yo invertimos US$ 2 millones en tres plantas. Todavía no tenemos un contrato firmado. Esperamos cerrar un acuerdo con alguna generadora, porque la nueva ley las obliga a producir un porcentaje de energía renovable a partir de enero de 2010”, comenta Alcoholado que vende 10 mil litros diarios a transportistas.

Fuente: La Tercera.