El 29 de abril pasado Rudolf Araneda, gerente general de GasAtacama, pudo por fin respirar tranquilo. Había logrado que 11 grupos mineros suscribieran un acuerdo por cuatro años que evitaba la quiebra de la productora de electricidad del Norte Grande. Fue inédito: las mineras pagarían parte del contrato desahuciado que la generadora tenía con la eléctrica Emel, transfiriendo US$ 650 millones. Fue milagroso: se firmó cuando el racionamiento era ya cuestión de días o incluso horas. Fue inusitado: estaba amarrado a otro pacto con Copec para venderle combustible por un valor de US$ 4.000 millones. Pero sobre todo fue transitorio. Porque de aquí al 2012 GasAtacama tiene que tener un combustible que reemplace al gas argentino que dejó de llegar, pero que sea más barato que el petróleo, que por ahora evita los cortes de luz, pero que cuesta 12 veces más caro.

Y en eso está Araneda. “Tenemos que buscar una alternativa conveniente y de largo plazo al diésel y al gas de Argentina”, dice. Hay varias opciones sobre la mesa. Energías renovables como la solar, la eólica y la geotérmica, muy convenientes en el árido y soleado paisaje del Norte Grande. Apostar a que se encuentre gas en Chile, ya sea en Pica como en Magallanes. O negociar traer el energético desde los vecinos Perú y Bolivia, para lo cual ya está en tratativas con las petroleras Pluspetrol y la hispana Repsol YPF, con la salvedad de que la mayor independencia energética que ha logrado el país a través del gas natural licuado (GNL) en Quinteros y Mejillones resta presión política en esos países.

La apuesta más ambiciosa es que los ciclos combinados de GasAtacama se activen con gas sintético, un energético surgido a partir del carbón que a diferencia de éste no emite partículas de dióxido de carbono al ambiente. Es decir, no contamina. Aunque el gas sintético data de la II Guerra Mundial -se usaba incluso en los autos, cuando el conflicto bélico impidió a Alemania abastecerse de gasolinas-, su desarrollo actual viene de la mano de las políticas para reducir la contaminación en EEUU y Europa dado que “secuestra” carbono y no lo emite a la atmósfera.

Es la tecnología que promueve el Departamento de Energía de EEUU. Según Rudolf Araneda, esta opción haría económicamente rentables la operación de las 10 centrales de ciclo combinado en donde se han invertido US$ 4.000 millones y que están en el Norte Grande y la zona central.

A estas opciones se suma la del GNL en el Norte. GasAtacama junto a Codelco y Suez desarrollan el proyecto GNL Mejillones, para poner un estanque de gas natural licuado en el puerto nortino, que demandará una inversión de US$ 140 millones a US$ 200 millones y permite la operación de centrales por 1.400 megawatts (MW).

Así las cosas, hoy GasAtacama está haciendo estudios para acotar las alternativas. Varios de ellos se terminarán el 2008. Por ahora la empresa está aliviada. Aunque GasAtacama Generación va a seguir con pérdidas, GasAtacama Transporte atenuará este saldo. Araneda cree que terminarán este año con su balance en equilibrio.

Fuente: La Tercera.