«La energía nuclear no es actualmente una alternativa para el abastecimiento energético de Chile», afirma el ex ministro de Economía Jorge Rodríguez Grossi, quien agrega que este tipo de energía es una opción viable dentro de 10 ó 15 años.

Rodríguez explica que con la actual capacidad de 8.000 MW del Sistema Interconectado Central (SIC) no es posible la construcción de una planta de energía nuclear. El ex ministro afirma que para que una de estas plantas sea eficiente debe tener una capacidad de generación de al menos 1.300 MW, lo que superaría el límite de 10% de generación que puede tener una sola planta que forme parte del SIC.

«En la medida en que el sistema chileno se expanda, la energía nuclear se convertirá en una buena opción», agrega Rodríguez Grossi.

Una central de 1.300 MW llevaría, por un lado, los precios de la energía a usuarios a una baja de a lo menos el 38%, pero para los operadores sería un desastre: la rentabilidad sería nula y podrían desaparecer algunos actores del sector por quedar fuera de competencia.

A modo de ejemplo, un estudio de la Universidad Central, señala que si al sistema ingresara una central nuclear de apenas 728 MW, el precio nudo caería en forma ya importante y con esas dimensiones menores, incluso, sería poco rentable.

A pesar de que no es una alternativa para el corto plazo, ambos expertos coinciden en que el anuncio del Gobierno de evaluar el tema nuclear es positivo. María Isabel González, ex titular de la Comisión Nacional de Energía, afirma que siempre es «bueno analizar todas las alternativas posibles para luego tomar una decisión».

Rodríguez Grossi explica que es necesario comenzar a estudiar posibles normas y a evaluar los lugares donde se podrían instalar estas plantas. «Hay que dar señales al sector privado de seguridad, eficiencia y bajos costos», dice.

Desde el punto de vista ambiental, la energía nuclear se vuelve una opción todavía más sólida frente a otros tipos de energía.

María Isabel González explica que uno de los principales beneficios de la energía nuclear es que no es contaminante, por lo que la única preocupación en este sentido son los residuos radiactivos que las centrales generan, los mismos que tienen que ser almacenados.

Rodríguez Grossi considera que estas plantas son «amistosas en relación con el calentamiento global de la Tierra».
Fuente: El Mercurio.