Q
Movilidad eléctrica y cambio climático

Movilidad eléctrica y cambio climático

A nivel mundial, el sector transporte contribuye con un 23% de las emisiones de dióxido de carbono asociadas al rubro energía. En Chile esta cifra es de 21%, lo que incluye transporte terrestre, aéreo y marítimo a nivel nacional. Una forma de contrarrestar este importante efecto para el calentamiento del planeta es la electromovilidad, pero para que su impacto sea realmente positivo debe implementarse simultáneamente junto a otros factores tecnológicos y sociales.

Un vehículo eléctrico puro tiene cero emisiones directas de dióxido de carbono, además de no generar contaminantes dañinos para la salud y reducir la contaminación acústica significativamente. Los vehículos modernos con motor de combustión interna cumplen con exigentes estándares de emisión, llegando a niveles muy bajos de contaminación local, pero no reducen la cantidad de dióxido de carbono. Por esta razón, desde un punto de vista de cambio climático, migrar desde los motores de combustión interna a eléctricos es una alternativa muy conveniente.

Sin embargo, para que la comparación entre ambos sistemas sea justa, es necesario considerar todo el ciclo de vida de ambas alternativas. Esto incluye la huella de carbono asociada al proceso de fabricación de todos los componentes de un vehículo, la generación de electricidad, la utilización de energía durante toda su vida útil y la disposición final de todas sus piezas. Al hacer este ejercicio se obtiene como resultado que un vehículo eléctrico con baterías de ion litio tiene una huella de carbono un tercio más pequeña que un vehículo convencional moderno, con una matriz de generación como la de Alemania.

Además, la matriz de generación será cada vez más basada en energías renovables y los procesos de fabricación de baterías y componentes se harán más eficientes a medida que la tecnología se masifique, al igual que su reciclaje.

Los vehículos del futuro cercano no solo serán eléctricos, sino que también compartidos y autónomos. Se espera que esto reduzca de manera significativa la demanda por viajes, lo que evitará la cantidad de CO2 que estos viajes habrían generado. Adicionalmente, se espera que el uso de vehículos eléctricos pequeños de 2 o 3 ruedas invadan la micromovilidad en zonas urbanas, donde residirá el 90% de la población, desplazando de las calles a los vehículos tradicionales de hoy.

Más del 60% de las inversiones en generación a nivel mundial se destinará a energías renovables

(El Mercurio) El fomento a las energías renovables es una tendencia mundial. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), alrededor del 60% de las inversiones en energía a nivel mundial entre 2014 y 2035 se destinará a este tipo de fuente, que considera la energía hidroeléctrica, solar, eólica, biomasa, geotermia y mareomatriz, entre otras.

Un 30% se dirigirá a recursos fósiles -carbón, petróleo y gas natural-, y lo sobrante a energía nuclear.

Fuera de la OCDE

Cerca de dos tercios del total de las inversiones en energía que se realizarán en el mundo en los próximos veinte años, estarán en países que no pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), destaca el texto. Esto porque los países más desarrollados que son parte de este organismo, en general destinan sus inversiones en energía al reemplazo de ciertas unidades que ya están desgastadas o bien, a reducir el nivel de carbón de la matriz energética y con ello, volverla más limpia.

Entre todos los tipos de energía renovable, la mayor parte de los recursos a nivel global serán invertidos en energía eólica (34%), seguida por la hidroelectricidad y la energía solar. Entre los fósiles, en tanto, liderará el carbón (58%), y después el gas.

En el caso de Chile, la Agenda de Energía del Gobierno busca levantar las barreras existentes para las ERNC, para lo que compromete que un 45% de la capacidad de generación eléctrica que se instalará en el país entre 2014 y 2025 provenga de este tipo de fuentes, cumpliendo de esta manera la meta ya comprometida por el país de que un 20% de la matriz energética nacional a 2020 corresponda a este tipo de generación.

Según ya ha comentado Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación de Energías Renovables (Acera), es probable que el sector supere la meta del 45% propuesta por el Gobierno. Lo anterior, porque para lograrlo la industria debería instalar unos 600 MW por año durante la siguiente década, pero durante este ejercicio, por ejemplo, el sector de renovables incorporará cerca de 1.000 MW.

Según datos del Gobierno, además de los 1.600 MW en operación en ERNC que hay en el país, existen 864 MW en construcción, 11.374 MW que cuentan con la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobada, y 5.704 MW que están en calificación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Un informe del Centro de Energías Renovables (CER) señala que Chile hoy cuenta con una capacidad total de 1.600 MW, equivalente al 8,15% de la potencia total instalada en los sistemas eléctricos.

 Impulso

En Chile las renovables buscan una mayor presencia en la matriz.