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La eficiencia energética como herramienta de productividad

Jul 1, 2016

No solo necesitamos que existan más y mejores profesionales que trabajen directamente en estas materias, sino también directivos y tomadores de decisión convencidos acerca de los beneficios del uso eficiente de la energía.

Desde la Agencia Chilena de Eficiencia Energética estamos tratando de promover la eficiencia energética en el sector productivo en base a buenas prácticas, formación de capacidades y a la generación de mecanismos de acompañamiento técnico a empresas; de manera que esta sea considerada como un factor diferenciador, lo que en definitiva se relaciona directamente con un aumento en competitividad.

En este contexto, y bajo la mirada de nuestra línea de Desarrollo de Industria y Minería, observamos que a nivel de implementación de medidas de Eficiencia Energética y de sistemas de gestión de la energía (SGE), las empresas en Chile están cada día más interesadas en usar estas herramientas con el fin de aumentar su productividad; lo que, sumado a las metas que el país se ha autoimpuesto en términos de consumo energético y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, están empujando la creación de una cultura nacional de eficiencia energética.

Una empresa que considera la Eficiencia Energética como un instrumento estratégico y capaz de agregar valor, incorporará en forma sistemática la gestión de la energía, reduciendo sus costos de operación y mantenimiento y los tiempos perdidos cada vez que deba detener la operación por equipos que funcionan de manera anormal y que, por ende, ven su vida útil reducida. Lo anterior entre tantas otras ventajas, que se materializarán en un aumento de la productividad capaz de entregar mejores márgenes o una mayor cuota de mercado.

El principal salto que el sector productivo debiese dar, es que la totalidad de las instalaciones más energointensivas puedan contar con un sistema de gestión de energía que les permita reconocer y validar a la energía como una de sus variables críticas en lo que se refiere a producción. Ciertamente, para alcanzar el impulso necesario, es preciso reconocer que la energía se tiene que gestionar; más allá de simplemente mirar cómo esta se consume y genera gastos al final de cada mes.

Existen herramientas disponibles para implementar sistemas de gestión de la energía acordes a la realidad de cada organización. El estándar más reconocido son los SGE basados en la norma internacional ISO 50.001. En general, un sistema de gestión de la energía permite a las entidades estructurar la forma de trabajar relevando la variable de eficiencia energética o consumo de energía como un indicador de importancia al momento de la toma de decisiones.

Ahora bien, para que todo esto sea posible es fundamental acortar la brecha que tenemos en materia de formación de capacidades para la eficiencia energética, y en este sentido, no solo necesitamos que existan más y mejores profesionales que trabajen directamente en estas materias, sino también directivos y tomadores de decisión convencidos acerca de los beneficios del uso eficiente de la energía, que además sean capaces de promoverlo y darle continuidad al interior de sus organizaciones.

 

Diego Lizana, director ejecutivo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE)

Diego Lizana, director ejecutivo de la Agencia Chilena de Eficiencia Energética (AChEE)

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