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El cluster solar para el norte de Chile

Sep 30, 2014

La crisis energética tiene un diagnóstico conocido. Precios altos, dependencia de mercados inestables, contaminación, estrechez de los sistemas de transmisión, escasa apertura a nuevos actores, crisis de crecimiento y rechazo ciudadano. Enfrentamos una tormenta perfecta, por usar una expresión conocida. Requerimos un Estado dispuesto a destrabar estos obstáculos. Lo primero es promover una visión estratégica […]

La crisis energética tiene un diagnóstico conocido. Precios altos, dependencia de mercados inestables, contaminación, estrechez de los sistemas de transmisión, escasa apertura a nuevos actores, crisis de crecimiento y rechazo ciudadano. Enfrentamos una tormenta perfecta, por usar una expresión conocida.

Requerimos un Estado dispuesto a destrabar estos obstáculos. Lo primero es promover una visión estratégica del desarrollo, escuchar a los actores involucrados en la industria y hacer parte de este diseño a la comunidad. Necesitamos consensuar el uso armónico del territorio y con sentido de urgencia avanzar hacia una matriz energética diversificada. Hablamos de impulsar las Energías Renovables No Convencionales a lo largo de todo el país. Es donde tenemos oportunidades propias. La meta es pasar del actual 7% de energías renovables a un 20% en 2025.

Para el Norte la ruta está trazada. Vamos a crear un cluster de la energía solar. El desierto de Atacama ofrece las mejores condiciones del planeta para proyectos fotovoltaicos y termosolares. La radiación alcanza a 3.000 kWh/m3, un 50% mayor al de Almería (España), corazón del proyecto solar europeo.

Pero no buscamos ser importadores de equipos y tecnologías. Queremos crear industria, cadenas de valor en energía. El Ministerio de Energía y la Corfo están jugados. Apoyamos con entusiasmo el proyecto de Plataforma Solar de la Universidad de Antofagasta, un centro de investigación aplicada y de pilotaje industrial. En la misma línea estamos incentivando el Programa Calama Solar, un modelo piloto de uso de energía solar en edificios públicos, hoteles, comercio y viviendas.

Buscamos un diseño replicable en las otras ciudades y pueblos de la Región de Antofagasta, que marquen un salto cualitativo y estratégico en esta industria. Dos tercios del país ofrecen buenas condiciones naturales para promover la energía del sol.

A este proyecto debemos atraer a los empresarios dispuestos a invertir en tecnologías del futuro. Ya hay importantes proyectos en curso. Pero se requiere un nuevo trato entre las empresas y los ciudadanos. No bastan las relaciones públicas, las mitigaciones ni las falsas compensaciones. Necesitamos valor compartido, es decir, hacer parte a la comunidad de los proyectos de inversión y de sus beneficios.

Finalmente, consensuemos que el uso y desarrollo de las Energías Renovables No Convencionales no es solo una tarea económica o política. Tiene una dimensión cultural. Otro gran desafío es prestigiar estas tecnologías ante los ojos de los consumidores. Las ERNC responden a patrones de vida y uso diferentes a las energías convencionales. Las cartas están sobre la mesa. Unamos el futuro que queremos con el esfuerzo educacional, una nueva asociatividad entre las empresas y la comunidad y un Estado pro activo. Esta alianza ayudará a remover las barreras culturales y estimulará el cambio energético.

Alejandro Guillier, senador por la segunda circunscripción de Antofagasta

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