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Cuando nos volvimos “solares”

Sep 6, 2016

No hay que olvidar que hasta 2013, prácticamente la totalidad de la energía de Atacama provenía de fuentes convencionales térmicas como el carbón o el petróleo diésel. Un salto significativo si comparamos con similar periodo de análisis a enero de 2015, cuando ese porcentaje apenas alcanzaba el 15,9% con 70.039 MWh generados por centrales fotovoltaicas.

Este año sucedió un evento que cobró especial relevancia para nosotros; un hecho que se transformó en un hito: por primera vez la generación de energía solar superó a la eólica, como quedó establecido en el registro consolidado de generación eléctrica de los principales sistemas interconectados en 2016, con 952.670 MWh versus 907.958 MWh, respectivamente. Si consideramos que el 50,2% de esa cifra lo aportamos desde Atacama (478.466 MWh) −la cual se empina hasta el 78% si tenemos en cuenta solo al Sistema Interconectado Central− veremos por qué hoy nuestra región es la capital solar de Latinoamérica.

Así es como ese “hito solar” podría servir para explicar por sí solo que entre los pasados meses de enero y febrero hayamos contribuido como región a acercarnos cada vez más a la meta que plantea que el 20% de energía inyectada provenga de fuentes renovables para 2025. No hay que olvidar que hasta 2013, prácticamente la totalidad de la energía de Atacama provenía de fuentes convencionales térmicas como el carbón o el petróleo diésel. Un salto significativo si comparamos con similar periodo de análisis a enero de 2015, cuando ese porcentaje apenas alcanzaba el 15,9% con 70.039 MWh generados por centrales fotovoltaicas.

Es interesante destacar que ese mismo año entrará en operación la planta solar más grande de Latinoamérica en la zona sur de Atacama y que existen otros cinco proyectos de generación que totalizan 653 MW de capacidad instalada de ERNC en plena ejecución con maquinaria y mano de obra.

Por eso es tan importante lo que pasó en la última licitación de suministro eléctrico para sectores regulados donde el número de oferentes se elevó respecto de los procesos anteriores a 2014 llegando a cifras inéditas por la cantidad de competencia e interesados en invertir en nuestro país y en nuestras regiones, con 84 propuestas.

Es cierto que estas palabras entrañan un “sesgo” al no incluir la generación eléctrica mediante biomasa e hidráulica de embalse y/o de pasada, entre otras, que superan a la solar y la eólica, pero es por su “denominación de origen”: surgen desde Atacama, el de mayor radiación del planeta.

Relevante para esta región es que el SINC y el SING no solo empalmen en la zona (Copiapó), sino que lo hagan en los próximos meses, adelantando tanto la posibilidad de evacuar energía a otras regiones, como de traer consigo la inversión necesaria en mano de obra, desarrollo de proveedores y especialización que, además, contribuirá a bajar los precios de las cuentas de suministro eléctrico.

Son los pequeños-grandes hitos que nos permiten vislumbrar cercano el día en que celebremos y/o recordemos cuando nos volvimos “solares”.

 

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