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Crisis Energética ¿Catástrofe u oportunidad para la minería?

Oct 25, 2013

El pasado agosto, Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, informó que el proyecto de expansión de Pelambres se postergaba. Un proyecto de US$10.000 millones volvería a ser evaluado en 3 o 4 años más. Para un país cuyo PIB es de US$200.000 millones, dicha noticia no debiese pasar desapercibida. Con US$100.000 millones en carpeta […]

El pasado agosto, Diego Hernández, presidente ejecutivo de Antofagasta Minerals, informó que el proyecto de expansión de Pelambres se postergaba. Un proyecto de US$10.000 millones volvería a ser evaluado en 3 o 4 años más. Para un país cuyo PIB es de US$200.000 millones, dicha noticia no debiese pasar desapercibida. Con US$100.000 millones en carpeta en proyectos mineros en camino algo debe hacerse.

Entre 2001 y 2011 el consumo energético de la industria minera aumentó un 59%, mientras que la producción de cobre fino solo aumentó un 11%. Esto debido principalmente a una reducción de las leyes de cobre mina, que cayó de 1,27% a 0,86% en igual periodo. En 10 años, los recursos minerales que extraemos decayeron un 48% su contenido de cobre y los recursos energéticos para producir el cobre crecieron exorbitantemente así como sus costos.

La caída en las leyes seguirá presionando a las operaciones mineras a extraer más mineral para producir la misma cantidad de cobre fino año tras año. Esta tiranía nos desafía a enfrentar el problema de manera eficaz. La solución necesariamente involucra a todos, tanto los actores mineros, los generadores, los reguladores y por supuesto a las comunidades que se verán afectadas.

La línea de producción de la minería es naturalmente intensiva en energía. Debiésemos promover la conveniencia de realizar un cambio masivo de procedimientos y tecnologías que reduzcan la intensidad del consumo energético, en kWh/Ton de Cu fino. Tal cual como se les solicitó a los usuarios residenciales que cambiasen a ampolletas de bajo consumo.

Dadas las tecnologías disponibles parece razonable pedir a la industria un esfuerzo de reducción en al menos un 20% en la intensidad de consumo en cuatro años. No es poco considerando que cerca del 90% de la energía del SING es consumida por la industria minera. Dicha reducción sería equivalente a instalar una central de 400 MW. La coordinación en una mesa liderada por un plan país no parece imposible, considerando que un 75% de la demanda del SING es consumida por tan solo 10 empresas.

Por otro lado la Comisión Asesora de Desarrollo Energético (CADE) presentó muy buenas ideas que aún están a la espera, entre ellas la conexión del SIC y el SING, acelerar la conversión de la transmisión hacia redes de mayor tensión, más baratas y eficientes, encarecer los derechos de agua sin uso, entre otras. Hay que retomar rápidamente la agenda.
Es necesario reaccionar, las bases de la solución son las mismas de siempre, solo que los matices han cambiado.

Reducción de intensidad de consumo mediante compromiso de la industria con objetivos claros. Aumento de oferta por parte de generadoras que sustente estabilidad y crecimiento de largo plazo. Reguladores proactivos que promuevan y faciliten eficiencias del sistema y competitividad en la industria generadora. Comunidades informadas, participativas y empoderadas que deseen un mejor futuro para todos. Una combinación infalible para el desarrollo no solo de la industria sino que del país.

 

Alvaro Videla, PhD y profesor del Departamento de Minería de PUC.

PhD y profesor del Departamento de Minería de PUC.

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